28/3/16

Las mamografías falsas positivas no disuaden a las mujeres de las futuras pruebas de detección [28-3-16]


Las mamografías falsas positivas no disuaden a las mujeres de las futuras pruebas de detección, según un estudio

Aunque la mayoría experimentaron ansiedad a corto plazo, había desaparecido en el plazo de un año, afirman unos investigadores

Las mamografías falsas positivas aumentan la ansiedad, pero el sentimiento no dura mucho y la mayoría de mujeres luego se hacen la prueba de detección del seno en el futuro, sugiere una investigación reciente.

"Nuestro estudio mostró que la ansiedad por las mamografías falsas positivas era temporal y que no afectaba el bienestar general de la mujer", planteó Anna Tosteson, profesora distinguida del Centro Oncológico Norris Cotton y del Instituto Dartmouth de Políticas de Salud y Prácticas Clínicas, parte de la Facultad de Medicina Geisen en la Universidad de Dartmouth.

Los investigadores vieron que los resultados falsos positivos tenían otro efecto. "Hallamos que la experiencia del falso positivo hacía a las mujeres más propensas a afirmar que se someterían a una prueba de detección [en el futuro]", comentó.

El estudio aparece en la edición en línea del 21 de abril de la revista JAMA Internal Medicine.

Antes del nuevo estudio, "el consenso era que los exámenes falsos positivos son comunes y que podrían provocar ansiedad para las mujeres, y tener un impacto sobre su calidad de vida relacionada con la salud", dijo Tosteson. "La duda era qué tan grande era el impacto de estos [falsos positivos] sobre la salud general y el bienestar a largo plazo".

La Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society) y muchas organizaciones más recomiendan pruebas anuales a partir de los 40, pero los críticos de las pruebas anuales con frecuencia citan la ansiedad debida a los falsos positivos como un daño, y como un motivo para ampliar los intervalos recomendados para la prueba.

Los investigadores evaluaron datos de un estudio de mayor tamaño sobre las mamografías digitales. Analizaron las respuestas de más de mil mujeres, alrededor de la mitad con falsos positivos, a entrevistas realizadas justo después de la prueba y una vez más un año más tarde.

Las mujeres respondieron a las preguntas sobre la ansiedad, su calidad de vida relacionada con la salud y cuáles eran las probabilidades de que se hicieran una mamografía en un futuro.

Entre las que tuvieron un falso positivo, más de la mitad dijeron que su ansiedad fue moderada o más que moderada, y alrededor del 5 por ciento dijeron que su ansiedad fue extrema inmediatamente tras el resultado de la prueba. "Al año, nadie tenía un aumento mensurable en la ansiedad", aseguró Tosteson.

Cuando se les preguntó si planificaban hacerse otra mamografía en los dos próximos años, alrededor del 25 por ciento de las mujeres con falsos positivos dijeron que sí, pero apenas el 14 por ciento de las que tuvieron resultados negativos afirmaron que sí.

Los investigadores también plantearon un ejemplo hipotético, preguntando a todas las mujeres si estarían dispuestas a desplazarse y a pasar la noche si un centro lejano ofreciera un método de detección con menos falsos positivos. Las mujeres que habían obtenido un falso positivo no eran más propensas a aceptar esto, pero las mujeres que dijeron que tenían expectativas de sentirse muy ansiosas si en algún momento recibieran un resultado falso positivo tenían alrededor del doble de probabilidades de aceptar desplazarse para evitar un falso positivo.

"Las mujeres que habían pasado por la experiencia no creían que fuera tan gran cosa", dijo Tosteson.

Ese hallazgo no sorprendió a un experto en los resultados de las pruebas de detección.

En general, el hallazgo del estudio sobre la ansiedad pasajera "en realidad encaja muy bien con la evidencia que hemos observado con los años", aseguró Robert Smith, director principal de exploración del cáncer de la Sociedad Americana Contra El Cáncer, quien hizo un comentario sobre el estudio.

"No es sorprendente que un falso positivo provoque ansiedad y preocupación", dijo ya que el cáncer de mama es, con toda razón, una de las mayores preocupaciones de salud de las mujeres.

Es importante reconocer que los falsos positivos son inevitables, apuntó Smith. Lo necesario es reducir la frecuencia todo lo posible, a medida que la tecnología mejora, y "cuando ocurren, asegurar que se resuelven tan pronto como sea posible", planteó. "De esa forma podemos reducir lo que comúnmente se llaman los daños de los falsos positivos, a partir de este momento".

La disposición de las mujeres con resultados falsos positivos a someterse a pruebas regulares de detección en el futuro, aseguró, simplemente reflejan lo comprometidas que están las mujeres con detectar cualquier cáncer de mama en sus primeras etapas.

Otra experta planteó que hay un beneficio posible de esos resultados de las pruebas.

"Quizá los falsos positivos hacen que las mujeres sean más conscientes de que el cáncer de mama es una posibilidad", comentó la Dra. Carol Lee, presidenta del comité de comunicaciones de la comisión de imágenes del seno del Colegio Americano de Radiología (American College of Radiology), quien también revisó los hallazgos. "Lo hace más real para ellas", dijo Lee, radióloga encargada del Centro Oncológico Conmemorativo Sloan-Kettering, en la ciudad de Nueva York.

Con frecuencia, Lee atiende a pacientes a quienes se pide que vuelvan a hacerse más pruebas sobre un resultado falso positivo de mamografía. "Cuando resulta que llamamos a la persona para que vuelva, y no hay nada significativo, la mujer invariablemente nos agradece por tener cuidado".

Uno de los coinvestigadores de Tosteson informa sobre subvenciones recibidas o pendientes de compañías que tienen que ver con la tecnología de imágenes diagnósticas, y es cofundador y miembro de la junta de NextRay, Inc. El estudio fue financiado por el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU.

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